fabian | 23 Gener, 2006 18:23
Este fin de semana nos hemos quedado en Palma, pero apenas me he acercado al ordenador; así que esta tarde, cuando me he sentado junto a él, me he sentido algo extraño - como los lunes al empezar el trabajo - sin saber qué hacer. En casos así me resultan importantes las rutinas pues gracias a ellas puedo ponerme en marcha. Sin embargo no he tenido ninguna apta y me he sentido perdido sin ningún plan previsto.
Se concedieron los Premios Ciudad de Palma. Busqué información sobre los premiados, pero la que encontré no me satisfizo. Así que es un tema que tengo pendiente. Esperaré a poder buscar información en alguna biblioteca. Y de aquí una cierta desazón ante Internet pues encuentro que hoy por hoy no es aún un sistema informativo sobre las islas y sus personajes. Mi desazón no es ante Internet sino ante la poca importancia que las instituciones isleñas le dan. El día en que los alumnos de Baleares utilicen Internet se encontrarán bastante desasistidos. Ni siquiera he encontrado la lista de todos los ganadores de los premios Ciudad de Palma.
Una carota de las más felinas de las ocho existentes en la Glorieta de la Reina
En un instante en que nos hemos visto el bibliotecario del instituto y yo; le he comentado el enlace a la Antología del grabado europeo y él me ha recordado los grabados que presenta un libro importante titulado Die Balearen del Archiduque Luis Salvador de Austria. Recuerdo que vi algunas ilustraciones de ese libro que son interesantísimas. Según parece este ilustre visitante de la isla era buen dibujante, pero me cuenta Gabriel, el bibliotecario, que probablemente iba acompañado de algún ilustrador.
El Archiduque es muy nombrado en la isla, aunque temo que se habla bastante de oídas sobre él. Es ya un personaje legendario. Ya intuía que no encontraría en Internet mucha información sobre él y, mucha menos, sobre el libro.
He supuesto que la mejor información la encontraría en Catalán, así que he escrito en el Google su nombre en esta lengua y, la verdad, apenas he encontrado sobre su persona unas pocas generalidades entre muchísimas páginas dedicadas al turismo sobre los lugares de la isla por donde estuvo. Desanimado he utilizado su nombre en castellano y, para sorpresa mía, la información ha sido más completa.
Hay que tener en cuenta que la búsqueda ha sido de unas pocas horas, tiempo insuficiente para visitar los enlaces de las primeras páginas del Google.
La información más extensa y, a la vez interesante, sobre su persona la he encontrado en la Sociedad Geográfica Española en su sección Viajeros: así nos vieron en la que hay artículos que parecen muy interesantes sobre viajeros famosos que visitaron España. Bajo el título Luis Salvador, el archiduque errante hay un largo artículo de más de diez páginas escrito por Javier Gómez Navarro
Luis Salvador fue siempre un personaje muy peculiar. Le gustó vivir sin distancias y procurando sentirse entre iguales con el séquito que siempre le acompañaba, que por otro lado, eran todos empleados suyos. No quiso nunca rodearse de personas con especial cultura y preparación que le pudiesen hacer sentirse controlado, vigilado o juzgado. Su persona de mayor confianza y proximidad, su llamado secretario, y al que dejó a su muerte como heredero universal, Antonio Vivas, era una persona modesta y de formación muy escasa.
Su vestimenta llamaba la atención por su austeridad y su suciedad, llevaba siempre la misma ropa y gorra, habitualmente llena de manchas, lo que causaba mucho desconcierto a quienes le visitaban, pues le solían confundir con sus criados.
Se cuentan múltiples anécdotas sobre esas confusiones y entre las más populares destaca la siguiente: subía una vez el Archiduque a pie hacía Valldemosa por el desfiladero que le antecede y se encontró con lo que era muy corriente en los carros cargados de la época y que el esfuerzo era superior a la capacidad de las caballerías y se caían, no pudiéndose levantar sin ayuda. En esta ocasión el carretero solo no podía con el caballo y le pidió ayuda. Luis Salvador solícito se remangó y le prestó la ayuda necesaria, de forma que el carro pudo continuar su camino. El carretero entonces agradecido le dio unas monedas de propina para tomarse una copa. Se cuenta que el Archiduque enmarcó esas monedas y las colgó en su casa y relataba siempre que era el único dinero que había ganado en su vida.
Junto a estos aspectos un poco loquinarios, tenía grandes virtudes. Era culto, un verdadero erudito en ciencias naturales, folklore, costumbres populares y en general lo que podemos llamar etnografía. Era enormemente trabajador y muy generoso, lo que le hacía tener siempre problemas económicos, a pesar de la importante asignación económica que recibía como miembro de la familia imperial y la herencia de sus padres
Fuente: Javier Gómez-Navarro: Luis Salvador, el archiduque errante (pág. 7)
No he encontrado nada sobre el libro "Die Balearen" ni sobre sus ilustraciones. Otras páginas curiosas aunque mucho menos completas son: Donde el Archiduque fue hombre, en la que también se habla del alemán Peter Kroll-Vogel, afincado en el Puerto de Andratx, quien le ha estudiado durante más de veinte años y que posee un buen archivo de las obras del Archiduque. Realmente no parece que en sus tierras de origen tenga muy buena fama pues en Radio Praga lo consideran "la oveja negra" de los Habsburgo.
Me pregunto cuándo las instituciones mallorquinas se tomarán en serio que Internet ha de ser una fuente de información de los escolares y estudiosos de la isla.
romyna del castillo | 10/02/2006, 21:02
romina | 24/12/2006, 19:37
hola soy romina el mensaje de arriba ya no tiene importancia nada mas ke para que se den cuenta que los deseos se cumplen
los kiero y ya encontre ami hermano es hermoso es mi vida !!!
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Fabián | 26/01/2006, 20:43