fabian | 23 Agost, 2005 19:43
Es una tontería, una anécdota que no merece ni ser contada. Hemos ido al Corte Inglés y Margarita ha subido al piso de la ropa y yo he bajado al de la música. Nada, habíamos quedado que bajaría a buscarme y nos hemos perdido. He regresado solo a casa y allí estaba esperándome.
A veces nos llega el temblor
De pronto se abre la ausencia
y llega
como nos llega el temblor.
Entre estas piedras en soledad
duermen las caricias
que proporciona el vacío,
la certeza y la lluvia de los años
que nos moja al alba
finísima,
entre nostalgias y recuerdos.
Sentado, solo y en el principio,
con las primeras horas de la mañana,
como quien espera la redención por unos ojos,
por todos los ojos de las estrellas
o por los ojos de un pájaro
o por los ojos que miran
la espuma próxima
a los ojos.
De pronto se abre la ausencia
y llega el silencio
como nos llega el temblor
ante la muerte.
En mi cuerpo una brizna de musgo,
tal vez,
en mi voz.
Soy persona de poca habla, posiblemente porque mis vivencias no dejan huellas claras como si viviese en una oscuridad constante o bajo la ceguera de una luz extrema. Hace muchos años que no compro ningún disco. Antes me interesaba mucho la música barroca y, también, músicas que fueran un poco extrañas; que no fueran un pum - pum como el que tenían de música de fondo en la tienda y que al poco rato la he encontrado tan insoportable que me he salido a buscar a Margarita. También es porque no sabía qué comprar. En tiempos, cuando se llamaban discotecas, seleccionaba dos o tres discos, escuchaba algunos fragmentos y decidía uno. Ahora, salvo unos pocos que suelen ser, supongo, los que ponen por la radio, creo que ni te los dejan escuchar en la tienda.
No hace muchos días copié en este artículo un poema de Basilio Sánchez (Las piedras se habitúan a la inmovilidad, así los ojos). Hablaba de la lluvia sobre la ciudad y de una estrella que, después, en la noche, aparecía. Pedía el perdón para esa estrella: Para ella, también para nosotros, debería haber perdón.
Hoy he regresado a sus palabras misteriosas, de significados obscuros: Cada ciclo lunar pervive en una hoja: / un calendario atroz apenas verosímil, / un embalaje espléndido para la eternidad, / una visión efímera.
Pese a que no comprendo lo que dice, crea en mí sonoridades extrañas y sus palabras definen de algún modo un magma de vivencias confusas y sensaciones:
[...]
En los alrededores,
unos muros de piedra ponen límite
a un jardín inconcluso.
Ha quedado la sombra, detrás de la ventana,
del hombre que aún no soy, entre las hojas
que hasta ahora no escrito, en las palabras
que encontraré algún día.
El que he sido hasta hoy cruza de nuevo
sus bosques interiores,
los lugares contiguos en los que la mirada
se vuelve y se apacigua, donde un rumor apenas
pone nombre a las cosas
que sólo he presentido.
[...]Basilio Sánchez: Un lugar transitable
Luego he hallado el poema de Javier Pérez Walias, también desconocido por mí. Están ambos poetas en la misma web, donde hay también otros. Es el Aula "Francisco de Aldana" del IES San Pedro de Alcántara. A ella, cuando la noche deja paso unos minutos al silencio, regresaré para intentar, en la penumbra del monitor, hilar unas palabras que me hablan del misterio y de la luz.
Fabián | 24/08/2005, 09:39
Alvaro | 24/08/2005, 12:59
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Mirando desde la noche
Asún | 23/08/2005, 22:27